En enero de 2016, las exportaciones de mercancías desde estos lugares registraron un crecimiento de 44,4% frente al 2015.
Las empresas extranjeras que invierten en Colombia y que se encuentran instaladas en zonas francas reconocen al país como plataforma exportadora por su ubicación estratégica, conectividad con puertos y aeropuertos. Los inversionistas aseguran que el país aún tiene mucho potencial para crecer como centro de distribución para Latinoamérica.
Bien sea bajo el régimen uniempresarial o permanente, la zona franca es un modelo de negocio interesante para las empresas extranjeras y nacionales. Al no pagar aranceles por la importación de materia prima o cualquier producto, ni pagar IVA por los bienes adquiridos en territorio nacional, estos complejos empresariales se convierten en plataformas exportadoras con beneficios visibles para los instalados.
“Estos complejos incentivan a la inversión extranjera directa en el país, generan empleo en las regiones ya que demandan personal calificado para la exportación de productos con valor agregado, a la fecha suman cerca de 230 mil puestos directos de trabajo”, aseguró María Claudia Lacouture, presidenta de ProColombia, entidad que apoyó la llegada de 55 empresas desde 12 países a zonas francas desde 2010.
Además de producir para el consumo interno, muchas empresas aprovechan para exportar desde allí. Según un análisis de ProColombia, Estados Unidos, Ecuador, Italia, Perú, Chile y Panamá concentraron el 58% de las ventas generadas por las Zonas Francas colombianas en 2015.
En enero de 2016, las exportaciones de mercancías desde las zonas francas colombianas registraron un crecimiento del 44,4% frente a igual mes de 2015, según el Dane.
Casos de éxito de multinacionales
Estos son tres de los varios casos de éxito de multinacionales que utilizan los beneficios del régimen franco para fabricar sus productos y abastecer al mercado nacional e internacional.
Furukawa es una empresa japonesa que buscaba abastecer el mercado de América Latina, visitó México, Perú, Ecuador y Colombia como posibles destinos de inversión.
Aunque ya contaban con presencia en Brasil, la empresa quería ampliar su operación dentro de la región. En su paso por Colombia, ProColombia le enseñó el modelo de zona franca. “La entidad nos vendió la marca Colombia, además nos presentó las cifras de estabilidad económica, jurídica y los diferentes modelos para invertir en el país, dada la coyuntura de las inversiones globales, ProColombia nos enseñó la posibilidad de lograr beneficios dentro de una zona franca, por lo que nuestra área de inversiones decidió que dentro de todos los países, Colombia era el más atractivo por su ubicación, estabilidad política y reglas claras para el inversionista”, aseguró Javier Bedoya, gerente comercial de Furukawa.
Hoy ya son dos años desde que se encuentran instalados en la Zona Franca del Pacífico y desde el primer mes de llegada exportan.
Otra empresa es la chilena Olmué, que se dedica a la producción de fruta congelada, exporta, desde su zona franca uniempresarial, cubos de banano, piña y papaya a Estados Unidos, Canadá, Australia, Corea, Guatemala, Argentina, Chile, República Checa, Alemania y Holanda.
Rodrigo Villegas, gerente general, aseguró que la instalación en una zona franca le trae a la compañía beneficios como el reconocimiento internacional. “Al estar en una zona franca tienes que cumplir requisitos y te están vigilando, pero eso es importante para los clientes internacionales. Si no estuviera en zona franca sería muy difícil exportar, y más por los impuestos”, dijo.
También se destaca el caso de la empresa japonesa Castem, que produce herramientas de alta precisión personalizadas para la industria automotriz, de construcción y dispositivos médicos. En 2015, la compañía decidió iniciar con sus planes de expansión y encontró en Colombia la oportunidad de invertir y de abrir su primera planta fuera de Asia
Fuente:portafolio.co