El alto precio desestimula las importaciones y, por esta vía, el contrabando.
En medio de una industria que avanza con lentitud, el sector textil-confecciones está viviendo un buen momento.
Lo que a otros afecta, como el alza del dólar, ha mejorado la competitividad de los textileros en plazas nacionales, aunque los sigue golpeando el hecho de que las exportaciones no repuntan, debido a la pérdida de mercados tras la revaluación y los altos aranceles para ingresar la mercancía a países vecinos.
Las estadísticas de la Muestra Mensual Manufacturera (MMM), que elabora el Dane, indica que en los 12 últimos meses (a enero del 2016) la producción real del sector de confecciones, descontando la inflación, se ubicó en 6,1 por ciento y las ventas subieron 5,9 por ciento.
En contraste, en los mismos 12 meses (febrero del 2015 y enero del 2014), la producción del sector manufacturero colombiano creció sólo 1,7 por ciento, y las ventas, el 1,1 por ciento.
Cabe destacar que, tras el sector bebidas, que aportó 0,6 puntos, y minerales no metálicos, con 0,3 puntos, confecciones –junto a refinación de petróleo– fue el que más contribuyó a la producción nacional, con 0,2 puntos porcentuales.
En el canal del comercio al por menor, la registradora de las firmas confeccionistas también se movió de manera importante y, según el Dane, las ventas de productos textiles y prendas de vestir crecieron 7,5 por ciento en el último año.
Por su parte, las importaciones de confecciones, por el efecto de la tasa de cambio, se contrajeron 14,5 por ciento en enero, a 156 millones de dólares. La caída de las importaciones en el 2015 alcanzó un poco más, el 19 por ciento.
El gerente general de la compañía Fibertex Corporation, fabricante de la marca Co’Coon, Gabriel Barbosa Manzanares, dijo: “El dólar sube y este es el mejor regulador y controlador del contrabando, por lo que comprar producto colombiano se hace atractivo”. Sin embargo, considera que la devaluación (que en el último año alcanza cerca del 28 por ciento) es la única herramienta competitiva del sector de confecciones.
Por ello, estima que se necesita generar valor económico no solo en el mercado nacional, sino en el internacional.
Además, Barbosa expresa que el sobrearancel a las importaciones de confecciones y calzado ha sido determinante en el buen resultado del sector, pero “más que eso, es la subida del dólar. Es un bien y un mal debido a que no somos un país generador de materias primas textiles y buen volumen de ellas son importadas, lo que afecta a los productores que no exportan”.
En el caso de Fibertex, por la dependencia de los costos de las materias primas, que se pagan en dólares, no esperan un crecimiento sustancial en la facturación del 2016.
Mercado en baja
Respecto al mercado internacional, cabe señalar que las exportaciones de confecciones y textiles colombianos sumaron 771 millones de dólares en 2015, con una disminución de 10 por ciento respecto al 2014, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con base en el Dane.
No obstante, las confecciones colombianas llegaron a 97 destinos, encabezados por EE. UU., Ecuador, México, Perú, Venezuela, Costa Rica y Brasil.
Dichos envíos consistieron, entre otros, en jeans, toallas en algodón, brasieres, camisetas, vestidos de baño femeninos y ropa interior femenina.
“La devaluación impactó a compradores importantes para el sector como Perú, México y Brasil, en donde los costos de importación crecieron, pues allí también ha repercutido la valorización del dólar”, dice la presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture.
En Ecuador, la reducción de compra de confecciones colombianas se produjo por efecto de varias salvaguardias, y en Venezuela, por el control en la circulación de divisas.
“Por ello, hay que seguir apostando por el valor agregado y los mercados que más crecen, como Estados Unidos”, añade Lacouture.
Entre tanto, la directora de plataformas comerciales de Inexmoda, Clara Henríquez, señaló que existe un impacto del dólar en la cadena de suministros textil-confecciones porque algunas marcas maquilaban en el exterior. “Al retornar esa producción a Colombia por el alza del dólar, se encontraron con proveedores locales más pequeños o sin capacidad suficiente. Por tanto, se preguntan qué mercado atender, aunque siempre buscando una balanza entre el local y el internacional”, asevera.
Por ejemplo, agrega, en Colombia los proveedores se focalizan en materias primas como algodón y poliéster-algodón, pero las tendencias de moda requieren linos y mezclas de telas que no se producen en el país, lo que acarrea problemas para los confeccionistas que elaboran una parte de sus prendas fuera del país. “Sin embargo, es positivo que los confeccionistas de moda estén volviendo a producir en Colombia”, aseveró la experta.
Firmas van tras Europa
Entre las textileras que capitalizaron el buen momento del sector confecciones está la emblemática Coltejer, que en el 2015 enfocó buena parte de su esfuerzo comercial en ese canal, tanto en el mercado local como internacional, a través del llamado ‘paquete completo’.
Dichos canales tuvieron un crecimiento de 64 por ciento con respecto al año 2014. La estrategia será reforzada a lo largo del 2016.
Fabricato también arrojó resultados destacables en 2015: 53,6 millones de metros de tela vendidos, 366.231 millones de pesos en ventas y una utilidad neta consolidada de 33.942 millones.
Las cifras son producto de un proceso de reestructuración y optimización, según la empresa.
La meta a mediano plazo es elevar de 19 a 35 el porcentaje de exportaciones frente a los ingresos totales. Inició acercamientos con marcas de España e Italia, con el fin de establecer alianzas y vender el paquete completo.
Fuente:eltiempo.com